martes, 4 de diciembre de 2018
LA LEYENDA DEL QUEBRACHO COLORADO
LA LEYENDA DEL QUEBRACHO COLORADO
Provincia Santiago
del Estero
El quebracho colorado, es un árbol
que es conocido también como
un quiebra hacha, por la dureza de su tronco, y le dicen colorado pues el color de su tronco es rojo. Cuenta la leyenda, que existía un cacique llamado Anka, era el jefe de la tribu quichuade las que ocupaban el territorio de nuestro país que hoy llamamos Santiago del estero y Norte de Cordoba. Él tenía un hijo que se llamaba Puca-Sonko, de quien estaba muy orgulloso porque era amigo de la naturaleza y un niño muy valiente.
Esta tribu se dedicaba a la caza del jaguar,
del venado y del quirquincho, adquiriendo así una fortaleza física y una
destreza como sólo la vida sana, en contacto directo con la naturaleza es capaz
de proporcionar. También se dedicaban a la agricultura y a la pesca.
Hasta que un día oyeron rumores
que importantes ejércitos de viracochas venían del norte en son de conquista.
Anka lamentó que su hijo aún era joven, pero confió en su valentía y lo invitó
a luchar, pues no eran muchos, todos cogieron sus armas y escudos y salieron a
luchar en contra de los viracochas y gracias a su amplio conocimiento en la
selva lograron vencerlos, Nuevamente la paz rondó sobre todos los quichua
por un buen tiempo, pero lamentablemente Anka envejeció, enfermó y murió. Puca-Sonko
era aun un joven, pero tuvo que hacerse cargo de la tribu.
Un año después la muerte de su
padre Puca-Sonko, escuchó rumores de que los españoles invadían todas sus
tierras. Y sin pensarlo dos veces, toda la tribu partió hacia los bosques para
luchar, pero se dieron cuenta que los españoles traían armaduras que brillaban
con el sol y tenían armas nunca antes vistas, por lo que lucharon con duda,
pero con valentía. Cuando pensaron que habían ganado loa guerra y cantaban de
alegría, vieron una cantidad enorme de españoles quienes les habían hecho una
cuartada, ante tan grande sorpresa, huyeron despavoridos por cualquier lugar.
Horas después, cuando los españoles se retiraron, dos indígenas buscaron a
Puca-Sonko y lamentablemente lo encontraron muerto al costado de un arbol
enorme, rodeado de un charco de sangre y observaron que la base del árbol había
absorbido la sangre de Puca-Sonko y se habia tornado de un color rojo, es así
que nace la leyenda de "El Quebracho Colorado."
LUCIANO ROMERO 5B
La leyenda del Cardón
La leyenda del Cardón
Provincia de Salta
Hace mucho tiempo, en la
belleza natural salteña, dos jóvenes enamorados, Kehuailla y Pasakana, hija
ésta de un curaca, huyeron debido a la prohibición del padre de la doncella al
matrimonio. El cacique decidió perseguirlos. Reunió a su gente, los organizó en
pequeños grupos y les ordenó que recorrieran la comarca por distintos caminos.
A punto de ser alcanzados, los
amantes pidieron protección a Pachamama. La madre de la Tierra abrió un
repliegue en su seno y allí los albergó. Para engañar al despechado suegro que
vigilaba la salida de los novios, Pachamama hizo surgir a Kehuailla envuelto en
un poncho verde, dentro del cual tenía abrazada a su dulce amada.
Por eso, cuando en la primavera
quiere ver la belleza de los cerros, para no ser reconocida por su padre, se
asoma en la forma de una bella flor.
Uriel Aguirre 5B
Leyenda del Palo Santo - Cosakaít
Leyenda del Palo Santo - Cosakaít
Provincia de Chaco
Árbol de madera veteada verdosa, cuya flor
machucada, utilizada como infusión sirve para curar males estomacales y
cardíacos.
Por extraña naturaleza, nace y se desarrolla
solamente en la región chaquense.
Dicen que dicen
que en el comienzo del mundo, los hombres no eran mayoría.
También cuentan, que el más virtuoso de los
varones de este grupo, llamábase Cosakaít.
Este apuesto joven era admirado por todas las
muchachas de la tribu, pero como no todo es perfecto, él estaba profundamente
enamorado de una hermosa doncella, hija de un cacique de su comunidad, pero
ella no le correspondía.
Es más, con altivez y desmesura lo trataba
despreciativamente.
Ante tanto maltrato, Cosakaít cayó
enfermo, ya que se sentía incapaz de soportar tal ofensa.
Los amigos y parientes veían que la vida del
muchacho se extinguía irremediablemente. Día a día las fuerzas lo abandonaban.
Sus hermanos decidieron consultar al Nareg
(Shamán, en la comunidad era el médico, el hombre blanco lo llamó brujo).
Las palabras del Nareg, en principio no fueron interpretadas
por los familiares. Él dictaminó que Yago (Dios bueno) lo estaba transformando.
La vida de Cosakaít se estaba yendo
irremediablemente y él lo intuyó.
Entonces, como última voluntad, pidió ver a la joven.
Ella se negó a verlo.
Frente a esta decisión el muchacho envió a su
madre para hablar con ella. - Ve y dile que no es mi deseo
morir, pero Yago me quita la vida y aunque se niegue a verme siempre estaré
cerca de ella, con mis flores adornaré su cabeza, si las machuca, le curaré los
males, seré su cama, le daré fragancia al agua que beba y le ahuyentaré los insectos
que quieran molestarla. Estaré donde ella vaya, y le daré cuanto pida. Es más,
con Milatai (divinidad que reina en la oscuridad de la noche) a su amor
volveré.-
Después de estas palabras el
joven Cosakaít murió.
Donde fue sepultado creció un árbol de flores
exquisitamente perfumadas, con ellas las muchachas adornan sus cabezas, de su
madera aromada se fabrican utensilios, el humo fragante, en las noches
calurosas de verano, es usado para atemperar la fatiga y curar algunos males.
CELESTE GARCIA 5B
LA LEYENDA DE LA BALLENA Leyenda tehuelche
LA LEYENDA DE LA BALLENA Leyenda tehuelche
Provincia de Santa Cruz
Hace muchos años atrás, la ballena no
vivía en el mar sino en la tierra,
entre los tehuelches. Andaba de un lado a
otro, pastando, y al ser tan gorda, no podía recostarse contra un arbusto sin
triturarlo. Pero el problema mayor de Goos fue otro. Entre los tehuelches
desaparecían las cosas, las plantas, los animales, la gente. Zorros, maras,
peludos, los quillangos de piel del guanaco, los perros con que los indios
cazaban, un árbol con su raíz, una bandada de flamencos, se evaporaron sin
explicación. Lo mismo ocurría con las personas, grandes y chicas, familias
enteras, atareadas en coser sus taparrabos o a punto de almorzar tranquilamente
sus huevos de ñandú, desaparecían en el aire. Los tehuelches le pidieron ayuda
a Elal. Y el héroe Elal descubrió que Goos cuando bostezaba se tragaba
cualquier cosa que estuviera cerca. Su boca funcionaba como una aspiradora.
El misterio estaba aclarado, ¿pero
como recuperar todo lo que había en la panza? Elal urdió un magnifico plan: se
convirtió en tábano. Aprovenchado un bostezo se metió dentro de la ballena.
Estaba oscuro. El héroe clavó su aguijón en la garganta de Goos, tantas veces
que la molestia la hizo carraspear. Entonces la ballena expulsó a todos sus
ocupantes, incluido Elal, así fue como recuperaron la libertad las maras, los
zorrinos olorosos, los ñandúes, los arboles con sus raíces y los indios con sus
adornos de plumas, sus quillangos, sus boleadoras, sus mocasines. Elal pensó
que el mejor lugar para la ballena no era la tierra sino el agua y decidió
mudarla al mar. Transformó sus patas en un par de aletas y las mando a vivir en el océano, con
orden de no tragar nada que fuera mas grande que un huevo de langostino enano.
Por eso ella ahora se alimenta solo de cosas minúsculas. A Goos le gusta el
mar. Esta mucho más cómoda, y sobre todo más fresca, aunque no bajo mucho de
peso… el territorio donde vivan los tehuelches quedo bastante pelado. Esto se
debe a que la ballena anduvo largo tiempo arrastrando la barriga por ahí. Pero
igual es lindo ahí, liso.
Adaptación de una leyenda tehuelche:
Elal era un héroe sagrado para los
tehuelches y para otros pueblos cercanos, les enseñaba secretos, el misterio
del fuego y como cazar animales para alimentarse.
Anónimo-leyenda tehuelche.
LA LEYENDA DEL QUIRQUINCHO LEYENDA QUECHUA
LA LEYENDA DEL QUIRQUINCHO
LEYENDA
QUECHUA
Provincia
de Jujuy
Pucá era
una hábil tejedor que vivía en la Puna Jujeña. Fabricaba
hermosas "cumbias" para los
nobles, "abascas" sencillas para la gente de pueblo, y
abrigos "yacollas" que se destacaban por el colorido y por
la perfección del tejido. Su fama llegó hasta los incas más poderosos, y su
pequeña choza se vio repleta de lanas y cueros con los cuales trabajaba
rápidamente para cumplir con los pedidos. Los incas, satisfechos con su
trabajo, le pagaban en oro, plata y piedras preciosas. “Pronto seré rico
reflexionaba Pucá mientras se inclinaba, laborioso en su telar _ Y podré
divertirme como los demás : pasearé, cazaré cuanto quiera y compraré todo
lo que me guste"
En efecto,
cansado de tanto trabajo y sacrificio, Pucá fue dejando sus telas y alejándose
de su tarea. Se dedicó a la caza y comenzó a divertirse, embriagarse en
compañía de otros indios, gastando su oro en cosas inútiles y vistosas.
Rápidamente lo abandonó su suerte y los príncipes dejaron de
encargarle trabajos que ya no cumpliría. Un día sintió frío y se dio cuenta de
que el invierno llegaba : "Tendré que tejerme una yacolla",
pensó, y con manos temblorosas dispuso las tintas para teñir la lana. Pero
hasta tal punto había perdido su habilidad, que el teñido salió pálido y lleno
de manchas y después de varias horas de trabajo sólo logró un tejido flojo,
grosero y lleno de ásperos nudos y pelotones de lana mal escardada.
"No importa, lo usaré así. Mañana trataré de tejer otro", se
dijo, y se envolvió completamente con el poncho.
Cuando
despertó, el "yacolla" se había adherido a su cuerpo formando una
dura corza, y en lugar de piernas y brazos emergían de ella cuatro patas cortas
terminadas en afiladas uñas. Así, convertido en quirquincho, se lo ve aún entre
los cardones de la Puna donde había vivido o en la campiña argentina, huyendo
de los peligros y escondiéndose dentro de su caparazón.
GABRIELA ALMADA 5B
La Leyenda del Chingolo
LA LEYENDA DEL CHINGOLO
Provincia de Entre Ríos
Dicen los entrerrianos de buena memoria que sus abuelos les contaron que hace muchísimos años, en uno de los pueblos de la provincia, andaba en un
caballo blanco, guitarra al hombro, un muchacho rubio, de carácter difícil, solitario y sin intención de tener amigos. Solo con su alma cabalgaba por campos y caminos, bordeando ríos, cantando siempre. A veces se detenía un rato a la sombra de algún árbol, para tocar la guitarra, miraba el paisaje de cuchillas cubiertas por el cielo inmenso y seguía adelante. Nadie sabía si tenía hogar, parientes ni nada.
Una tarde de verano llegó al pueblo un hombre proveniente de muy lejos. Se sentó bajo un árbol y comenzó a cantar mientras tocaba una guitarra que traía consigo. Cantó y cantó y el pueblo entero se juntó a su alrededor para escucharlo. Su voz atrajo también al rubio arisco del caballo blanco, quien se acercó al galope, lleno de furia, gritando que él era el único cantor de aquel pago. El forastero no le hizo caso y siguió con su música. Bastaron pocos acordes para que ambos discutieran y comenzaran a pelear, cuchillo en mano. El rubio fue más rápido y el cantor viajero quedó muerto bajo el árbol, y muerta también su guitarra, destrozada por el muchacho. Lo último que el cantor viajero oyó antes de dejar este mundo, fue la voz del joven, que le repetía que él era el único cantor del lugar.
El muchacho, aún enfurecido trepó a su caballo y trató de alejarse, pero no pudo salir del pueblo: el comisario lo atrapó antes de que pudiera escapar por los caminos e inmediatamente lo engrillaron, lo obligaron a ponerse ropa de preso y lo encerraron en un calabozo. Al cabo de unos días, ya perdidas su fuerza y su altivez, el cuerpo del joven fue haciéndose cada vez más pequeño, hasta que una madrugada, compadecido de él, “Tupá” lo transformó en pájaro, condenándolo a no caminar jamás y así pudo escapar de su encierro, pasando por entre el estrecho enrejado que protegía la ventanita de su celda.
ALEJANDRO GUZMAN 5B
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